
La importancia del suelo de cultivo
Cada año la población mundial aumenta, y por consiguiente también lo hace la demanda de alimento, pero desgraciadamente no ocurre lo mismo con los recursos. Tanto el agua como el suelo, los bienes más preciados del agricultor, suelen perderse y destruirse. Por esta razón es muy importante que actuemos responsablemente y con mucha consciencia para promover una agricultura de futuro que no desperdicie el agua y conserve el suelo, que ayude a mejorar las condiciones de los que se han desgastado y que evite la deforestación de los sistemas que nos generan más tierra para cultivar.
La formación del suelo puede tardar millones de años, y sin embargo, como casi todo, el deterioro y la pérdida del mismo se pueden lograr en muchísimo menos tiempo. El suelo es la base ecológica sobre la que crecen la mayoría de las plantas y de los cultivos agrícolas, y está continuamente transformándose; debe tener reservas tanto de agua y oxígeno como de otros nutrientes (Si, Al, Na, K, Ca, Fe, Mg etc.).
El objetivo de Agrozymes es que haya una agricultura sostenible, que no agote los recursos agrícolas, que genere rentabilidad en toda la cadena de valor, que se produzcan alimentos en cantidad y de calidad y si además el daño al medio ambiente es mínimo o incluso nulo, cumpliríamos completamente nuestra razón de existir.
En los últimos años, la agricultura ha evolucionado hacia técnicas novedosas para conseguir la mejor fertilidad del terreno y usa microorganismos como estrategia para aumentar el rendimiento de los cultivos, promoviendo el crecimiento y mejorando ostensiblemente las condiciones del suelo. Es la base de la agricultura ecológica. Por eso hay que conocerlo, para saber identificar perfectamente sus necesidades.
Una de ellas es intentar recuperar los nutrientes que se encuentran insolubles en el terreno, o dicho de otro modo, las plantas no pueden acceder a ellos. Para formar un suelo con las propiedades físicas y químicas conducentes a un crecimiento vegetativo favorable es necesario fomentar un ecosistema saludable en el entorno de la raíz, la rizosfera. El proceso biológico general aumenta la disponibilidad de los nutrientes necesarios como son el nitrógeno, el fósforo o el hierro. Las bacterias presentes en el suelo tienen un rol fundamental, ya que gracias a sus reacciones metabólicas, hacen que sea posible una solubilización y/o fijación de los nutrientes y los convierten en disponibles para la planta y por ello favorecen el crecimiento vegetativo.
Es en este punto donde Agrozymes ha hecho grandes esfuerzos en investigación para poder desarrollar biofertilizantes propios y ecológicos a partir de este tipo de microorganismos:
- Por un lado, ha desarrollado SOLUZYMES, un formulado líquido a base de Pseudomonas putida que solubiliza el fósforo que se encuentra indisponible en la rizosfera y lo hace asimilable por la planta. El fósforo es un componente esencial en las enzimas vegetales implicadas en la transferencia de energía en los procesos metabólicos, participa en la fotosíntesis y es un componente esencial de la membrana celular, favoreciendo enormemente el desarrollo radicular y la maduración de los frutos, además de mejorar la resistencia a ciertas enfermedades.

Muestra Comparativa Raíz SIN y CON Soluzymes
- Y por otro, N-ZYMES, un compuesto líquido a base de Azospirillum brasillense, que es capaz de fijar biológicamente el nitrógeno atmosférico para que pueda ser absorbido por las plantas. El nitrógeno favorece el crecimiento de tallos y hojas, acentúa el verdor y controla el uso de potasio, fósforo y otros elementos; las raíces se desarrollan mejor y la planta es más resistente a enfermedades. Es por lo tanto esencial para lograr altos rendimientos, ya que mejora la estructura y la fertilidad del suelo y reduce considerablemente el uso de fertilizantes nitrogenados.
El suelo es el hábitat directo de estos microorganismos y por ello debe tener una buena estructura donde el agua y el aire circulen con facilidad manteniendo un equilibrio que permita el desarrollo de las colonias. El uso de estos biofertilizantes no es un sustituto del resto de prácticas tradicionales de manejo agrícola sino que son una herramienta muy actual y novedosa más para optimizar el suelo y el cultivo.
La aplicación de estos biofertilizantes combinada con un suelo saludable y un asesoramiento técnico correcto dará por seguro al agricultor una cosecha ecológica, abundante y muy nutritiva sin problemas de plagas ni enfermedades.